La UNE-ISO-31000, habla del efecto de la incertidumbre sobre la consecución de
los objetivos, y esta definición, a mi parecer, no desentona para nada con mi
afirmación de que el riesgo al final es una cuestión de valorar creencias y
preferencias.
Hoy
vamos a hablar de algo un poco técnico pero que debería hacer pensar sobre el
grado de creencia que tenemos sobre determinados acontecimientos y en cómo ese
grado de conocimiento puede ser modificado en base a nuevas evidencias.
Es
decir, la probabilidad, no siempre
matemática, es una cuantificación de nuestras creencias sobre el grado de
certeza que tenemos acerca de la ocurrencia de un evento futuro o de un
determinado resultado. Por otro lado, nuestras preferencias, determinan el
grado de daño o beneficio que el resultado esperado o no esperado puede
ocasionarnos. (ver entrada sobre creencias y preferencias)
Recientemente
leí un fabuloso post de Tom Moertel (ver post original),
titulado: ¿Cuánta evidencia contiene un único lanzamiento de una moneda?
El
post aborda esta cuestión planteando el siguiente ejercicio:
Supongamos
que hago la siguiente afirmación: “poseo una moneda especial que al lanzarla
siempre sale cara”.
Pues
bien, esta afirmación, producirá en usted un estado de incertidumbre
determinado. Lo interesante es que para cada persona el grado de incertidumbre
que se le plantea puede ser diferente. Des de el que piense que es imposible
que yo tenga una moneda de ese tipo hasta el que piense que seguro que poseo
una moneda trucada, pasando por cualquier estado de creencia.
Ahora,
el autor se plantea: en caso de lanzar la moneda y observar que ha salido cara,
¿Cómo creen que debería variar su estado de incertidumbre?
Y
así conduce a que de este planteamiento se desprenden las siguientes premisas:
- S La moneda es especial
- H Al lanzar la moneda observamos que sale cara
- T Al lanzar la moneda observamos que sale cruz
- K Nuestro estado de conocimiento sobre la moneda, el universo y todo en general
Entonces,
partiendo de que la probabilidad de que la moneda sea especial dado nuestro
conocimiento o grado de creencia, y la probabilidad una vez lanzada la moneda y
visto que ha salido cara se formularán
como:
y
partiendo de que la nueva probabilidad o el nuevo estado de creencia (NP), una
vez visto que ha salido cara, será igual al viejo estado de creencia (VP) por
un ajuste basado en la evidencia (AE) que escribiremos como:
NP =
VP * AE [1]
se desprende
que el cambio relativo tras la observación será algo del tipo:
A
partir de este punto y utilizando las reglas de la suma y el producto de la
probabilidad clásica y bayesiana T. Moertel, acaba determinando que el AE se
puede calcular como:
Pongamos
un ejemplo:
Si
antes de lanzar la moneda nosotros pensábamos que no teníamos ninguna razón
para pensar más a favor de que la moneda fuera especial de que no lo fuera, la
probabilidad asignada a priori sería de 0,5.
Es
decir, P(S/K) = 0,5.
Dicho
esto, y en base a la propuesta de Mortel, de [2] se desprende que la nueva
el factor de corrección o el AE sería de:
Y
así, de [1],
obtenemos que la nueva probabilidad sería:
NP =
0,5 * 1,33 = 0,66
En
definitiva, una única observación ha hecho que nuestras creencias se
cuantificaran con una probabilidad del 66% frente al 50% que las caracterizaban
antes del lanzamiento.
Es
decir, se ha producido un aumento del 33% de la probabilidad inicial, calculado
como:
La
gráfica siguiente muestra todo lo expuesto hasta ahora. Se representan los
valores de ajuste tras la evidencias junto con los calculados para la nueva
probabilidad.
Y en
la siguiente gráfica se observan la magnitud de los cambios en base a la
probabilidad a priori y la evidencia de ver salir una cara. Destacar como las
probabilidades extremas 0 y 1 no sufren cambios ante la evidencia.